Semana laboral de 4 días: ¿Sueño o realidad?
Seguramente hayas oído hablar últimamente acerca de reducir la semana laboral a 4 días. Parece evidente que existen importantes beneficios tanto a nivel individual como para las empresas.
Algunos de los más significativos son:
- Mejora la conciliación
- Reduce costes de desplazamientos
- Aumenta la satisfacción laboral
- Reclamo para captación de talento
- Reducción de costes de funcionamiento
A priori a muchos nos puede parecer una gran idea pero todo tiene sus matices que conviene conocer. Para ello hoy vamos a plantear ciertas cuestiones que nos ayuden a analizarlo de una forma más completa.
Voluntario u Obligatorio
Actualmente solo se trata de un debate público, pero por la diferencia entre sectores, empresas o incluso puestos, parece que a corto y medio plazo se trataría únicamente de algo voluntario.
Pero, sí que es verdad que ya existen algunas propuestas para fomentarlo desde algunas instituciones como es el caso de la Comunidad Valenciana que anunció subvenciones para las empresas que empiecen a fomentarlo.
Evidencia
Hace un año se puso en marcha un proyecto piloto llamado 4 Day Week Global con el objetivo de hacer seguimiento de 70 empresas que decidieron probar a cambiar a la jornada de 4 días.
Hasta ahora parece que el proyecto ha dado buenos resultados afirmando, el 78% de ellas, que tanto la transición a este nuevo modelo como el funcionamiento posterior en estos meses ha sido bueno.
Forma
¿Quien asumiría ese coste?
Para llevar a la práctica este cambio de jornada sin que afectara al salario se abren dos alternativas:
- Concentrar la misma jornada semanal en menos días lo que conlleva una mayor carga de trabajo los días laborales.
- Mantener el salario reduciéndose las horas efectivas lo que aumentaría el coste de personal para la empresa afectando su rentabilidad.
¿Cual sería la forma adecuada? ¿Se te ocurren otras alternativas?
Finalidad
Otra cuestión, para mi quizá la más importante de todas, radica en el motivo profundo de la reducción de jornada de los trabajadores, ya que afectará directamente al resultado y sostenibilidad para todos, empresas y trabajadores.
Si la reducción responde a una mejora en la productividad de la empresa, gracias a unos procesos más eficientes o a la implementación de soluciones tecnológicas, y se quiere trasladar parte de estas mejoras en beneficio de los trabajadores, estaríamos seguros ante una acción exitosa donde todos ganan.
En cambio si se trata de una decisión basada únicamente en una nueva tendencia de moda o la presión social debemos tener cuidado ya que su beneficio inicial a corto plazo puede transformarse en un perjuicio para todos si la empresa no está preparada y lo implementan correctamente.
Por último creo que estos debates deberían dar pie a otros más profundos que están detrás de la necesidad, cada vez mayor, de estas medidas para reducir la insatisfacción de las personas ante su trabajo y aunque esta es, en mi opinión, una buen medida, no es la única que puede ayudarnos a mejorar nuestro día a día profesional.
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